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martes, 18 de mayo de 2010

Un episodio de la guerra



An episode from the German trenches, August 1915, from artilleryman Herbert Sulzbach’s 1935 memoir With the German Guns:

One of the next starlit summer nights, a decent Landwehr chap came up suddenly and said to 2/Lt Reinhardt, ‘Sir, it’s that Frenchie over there singing again so wonderful.’ We stepped out of the dug-out into the trench, and quite incredibly, there was a marvellous tenor voice ringing out through the night with an aria from Rigoletto. The whole company were standing in the trench listening to the ‘enemy,’ and when he had finished, applauding so loud that the good Frenchman must certainly have heard it and is sure to have been moved by it in some way or other as much as we were by his wonderful singing.



“Musical compositions, it should be remembered, do not inhabit certain countries, certain museums, like paintings and statues,” wrote Henri Rabaud. “The Mozart Quintet is not shut up in Salzburg: I have it in my pocket.”

Entrada 100% "fusilada" (un brindis por el sentido del humor, por favor) de este curioso blag. Les he tomado hasta la foto, vamos...

La historia, para los que no lleven el inglés al día, narra un episodio en las trincheras alemanas durante la Primera guerra mundial, una noche de verano. Cuenta cómo, a mitad de la noche, escucharon la voz de un francés cantando a lo lejos. Pronto estaban todos en la trinchera escuchándolo cantar un tema de Rigoletto y, cuando hubo acabado, lo aplaudieron con entusiasmo. El soldado reflexiona que esto haría emocionarse al cantante de forma similar a como ellos se habían emocionado mientras escuchaban al "enemigo".

lunes, 9 de noviembre de 2009

el tiempo

por cierto, marta
cada día que acabe
cada instante nuevo
borraré una palabra
para que así sepas
que el tiempo
sigue pasando

martes, 16 de junio de 2009

Un instante

La soledad pesa despacio, como los ecos al fondo de un pozo húmedo.
La sed del sufrimiento. Los fantasmas blancos de las ausencias.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Será oscura la llama de la ira

será oscura la llama de la ira

serán quedos lo vientos de la destrucción

cáusticos los torbellinos de sal que arrasen con las formas

pronta será la venida de los días

los justos arderán en pedazos alimentando

el dolor agrio de los condenados en su victoria

sordo se oirá el rugido del colapso

las rocas de lava y los miembros mezclados

la sangre y el llanto llenarán el fondo del abismo infinito

negadas serán la piedad y la razón

lágrimas de justicia ararán la tierra de los hombres

como espadas de acero abonando la simiente del nuevo día

noviembre de 2oo6

martes, 11 de noviembre de 2008

¿La silla de Zapatero en Washington?

Carta a Nacho

Hola Nacho,

Como veo que sigues pensando que soy un ser de las tinieblas, voy a explicarte un poco qué quería decir mi "post".

El comienzo es prácticamente una sucesión de pensamientos, por eso voy de un lugar para otro. Me he dado cuenta de que vivimos en un mundo tan amplio e incontrolable que la sociedad tiene la necesidad de reducir todo a cifras, números y casillas. Nosotros actuamos un poco igual. Y las relaciones, no es nada nuevo, se han desnaturalizado. No es ya que no se salude a los desconocidos por la calle, es más allá. Incluso en el trabajo y el día a día nos cuesta ponernos en la situación de los demás y actuar con una mínima flexibilidad para hacer las cosas más sencillas. Cada uno aplica sus rutinas, y fuera de ellas está el vacío, así que es difícil que alguien se asome a echar una mano. 
Vivimos en un mundo frívolo, sí. No sé si es malo, yo creo que en parte sí, y el ejemplo más claro que me ha venido a la mente son los famosos negritos. Desde que publiqué mi post habrán muerto cerca de 20000 niños en África solo de malaria (estaba pensando qué precisión dar, luego me ha llamado Natalia y creo que ya han muerto otros 20; es un mundo frívolo). Sin embargo, todo lo que nos ha preocupado en este tiempo es en qué carajo estaría yo pensando cuando escribí esa mierda. Los negros, una vez más, quedan lejos, lo suficiente como para ignorarlos. Más allá de nuestros votos y nuestras mezquindades, mucho más allá de nuestras creencias y de nuestras palabras, mucho más allá del consuelo sagrado.
Yo no diría que la gente sea mala. Quizás lo que hacemos todos, en el fondo, es seguir nuestro instinto. Pero nuestro instinto no conoce a los negros, quedan demasiado lejos. Nuestro mundo es demasiado grande para un instinto tan pequeño, por eso vivimos en una sociedad tan patética. Con poco esfuerzo, muy poco esfuerzo, podrían cambiar muchas cosas. Pero es imposible que todos veamos la necesidad y, si la vemos, no tenemos valor para dar el paso. Mírame a mí mismo: ¿qué he hecho por mis niños del África? Absolutamente nada. Ellos siguen muriendo, como mi fiel reloj, y yo los ignoro. Estos son los papeles que nos han tocado en la vida. Es una mierda, es terriblemente injusto. Pero no por ello debemos rasgarnos las vestiduras y morir anegados en llanto. Tan solo debemos intentar hacer que la existencia sea lo más agradable que podamos para todo el mundo. Aveces esto es fácil, basta, por ejemplo, con querer a las personas adecuadas en el momento preciso. En ocasiones requerirá un gran esfuerzo, y entonces es cuando debemos estar a la altura de qué se yo, porque no sé qué es nada. 
Solo sé que yo lo intentaré, sin ningún motivo aparente. Supongo que por creerme bueno. Sea. Algún día habrá pasado todo, y quizás yo haya sido bueno.



PD: Perdona que al final no te haya mandado este mensaje por vía privada, como habría correspondido. He imaginado que esta aclaración podría serle útil a más gente. 

Colin y sus "coleguis"

Entonces, Colin, ¿en esta foto que tienes en el Facebook no estás con tu hermandad de Semana Santa, no?

jueves, 6 de noviembre de 2008

"1"

Al carajo las evaluaciones. Estoy harto de medir las cosas, de ponerles notas. ¿Qué significa ponerle nota a un libro? Siento como si, paso a paso, estuviese dándole una nota a mi vida. A mis amigos, a mi tiempo, a mi sufrimiento, todo tasado y delimitado. Vivimos en un mundo ridículamente frívolo y, quienes afirmamos darnos cuenta de ello, no soñamos siquiera con cambiarlo.

Total, solo es otra foca.

En el tiempo que me está llevando escribir este documento absurdo calculo que habrán muerto del orden de 10 o 20 niños solo en ÁfricA, solo de MalariA. Y lo peor es que no me importa lo más mínimo. Que mueran, para mí será lo mismo. Acaso un número menos sobre el mapa. Pero, para mí, no son nada, ni ellos ni su sufrimiento. Cierto que me pueden servir en una conversación snob de uno u otro lado; sí, de vez en cuando saco sus cadáveres a pasear para lucirme un poco. Luego abro el faceBOOk y los piso un poco más profundo. ¡Ah! no, no te indignes. Al menos no contra mí y, si no, calcula cuántos negritos vivirían tan solo con lo que vamos a gastar en las malditas luces de navidad. Que se jodan, hay que celebrar que el señor ha nacido.

¡Negros, al fondo con ellos! Que no hubiesen salido, no es mi problema, a mí nunca me preguntaron.

Vaya mierda de mundo. Y, mientras tanto, uno de los argumentos que más se han utilizado en estas ELECCIONES es: "pretende quitar a los ricos y dar a los pobres (!)". Vaya mierda. Al menos, tengamos la decencia de acabar con los pobres, no tienen que molestar con sus lamentos.

Todos moriremos, ¡todos moriremos! Lo importante es que, al final, nada importa. Así que solo queda una cosa:

>>Probablemente no exista Dios: disfruta de la vida.<<

jueves, 23 de octubre de 2008

Los adjetivos

Los adjetivos son cosas. Sirven para decir cómo son otras cosas, para que otros crean pensar lo que nosotros estamos pensando. Los adjetivos son cosas que no puedo decir qué cosas son. Si hablas de los adjetivos, las palabras vienen y te los roban, así que te quedas sin nada. 
Como viniste. 
Sí, pero sin los adjetivos. 
Los adjetivos pueden también confundir. Cuando los adjetivos se conocen, a veces te confunden. Los adjetivos se extienden hasta que lo cubren todo. Y entonces no puedes ver lo que había debajo. Tan solo te quedas deslizando sobre los adjetivos, que crujen debajo. 
Yo una vez tuve un adjetivo. Sí, era mío, y todo podía suceder. Yo una vez tuve un adjetivo. 
Y era feliz.

PD: Yo he contado 18 adjetivos; ¿cuántos ves tú?

miércoles, 22 de octubre de 2008

Bullshit counter, próximamente en sus tiendas

¿Es mi culpa acaso si vivimos en un mundo confuso? ¿Qué es la información hoy en día? ¿Dónde está el arte? Mis palabras son como la humanidad que se disuelve entre los callejones de la ciudad que la absorbe, arrastrando consigo hacia el fango los brillantes destellos que ciega el fulgor de la noche oscura.

Resultado: 80% bullshit 20% pasable

Conclusión: Let's keep up the good work!


Nota: No sé qué he hecho con las fuentes éstas que están en plan tan tenebroso, pero lo dejo así que está más bonito.
For a change. 

lunes, 13 de octubre de 2008

Y, sin embargo, ya debería estar durmiendo

Estaba pensando que hay algo poético en el olvido que permanece.

Algo melancólico en la polvorienta lápida de la fría estepa;
                            cada vez más hundida bajo la marcha de los siglos

También la urna,
                           morada postrera de los enamorados,
                                                                    yaciendo en lo más
                                                                             profundo
                                                                  de las grietas abisales

O, incluso mejor, describiendo una perfecta órbita incansable
                                                                 hacia el gélido comienzo 
                                                de la eternidad.