domingo, 28 de diciembre de 2008

¡Estamos en Navidad! (I)

¿Por qué el 25 de diciembre?

En la entrada de hoy, me he propuesto indagar en el por qué de la fecha de la Navidad. Al contrario que otras festividades cristianas, no está muy claro en la Biblia cuándo tiene lugar el acontecimiento. De hecho, por las descripciones de algunos evangelistas parece más bien época de temperatura templada, no en pleno invierno. ¿Por qué entonces se acabo estableciendo en diciembre? Buscando en la red esto es lo que he podido encontrar para satisfacer mi curiosidad...

La palabra Navidad es una contracción de la palabra natividad, que quiere decir nacimiento. Es una de las fiestas importantes del Cristianismo junto con la Pascua y Pentecostés y, como todo el mundo sabe, celebra el nacimiento del niño Jesús. Sin embargo, al contrario que las otras citadas, la Navidad no se celebró en los primeros siglos de la Iglesia Cristiana, ya que la costumbre del cristianismo en general era celebrar no el nacimiento sino la muerte de personas importantes. La Pascua, instituida por autoridad bíblica en el Nuevo Testamento, es una conmemoración de la muerte de Jesús. Esta fiesta fue introducida en la Iglesia Romana en el siglo cuarto de nuestra era y no fue hasta el siglo quinto que la establecieron oficialmente como fiesta cristiana. La fecha exacta del nacimiento de Jesucristo es totalmente desconocida. Las sagradas escrituras no revelan este acontecimiento.

Esta fiesta hizo su aparición en la Iglesia Católica y de allí se extendió al protestantismo y luego al resto del mundo. Ahora bien, ¿de donde la recibió la Iglesia Católica? No fue de las enseñanzas del Nuevo Testamento. No fue de la Biblia ni de los apóstoles. La Navidad se introdujo en la Iglesia, proveniente de tradiciones paganas. Más concretamente, los orígenes de la ubicación de la festividad el 25 de diciembre vienen, al parecer, de la tradición en pueblos de la antigüedad de celebrar en el solsticio de invierno (21 de diciembre) alguna fiesta relacionada con dios del sol (Apolo en Grecia, Helios en Roma, Mitra en Persia, Huitzilopochtli en Tenochtitlan, etc.).

Los romanos celebraban el 25 de diciembre la fiesta del "Natalis Solis Invicti" o "Nacimiento del Sol invicto". Asociada al nacimiento de Apolo. El 25 de diciembre fue considerado como día del solsticio de invierno. Esa fecha que en el calendario introducido por Julio César introdujo en el año 45 a.C. correspondía al 25 de diciembre, en el gregoriano se traslada entre el 21 y 22 de diciembre. Los primeros cristianos tomaron, pues, la idea de establecer el nacimiento de Jesús en este fecha de esta tradición anterior. Los germanos y escandinavos celebraban el 26 de diciembre el nacimiento de Frey, dios nórdico del sol naciente, la lluvia y la fertilidad. En esas fiestas adornaban un árbol perenne, que representaba al Yggdrasil o árbol del Universo, costumbre que se transformó en el árbol de Navidad, cuando llegó el Cristianismo al Norte de Europa.

Los mexicanos celebraban durante el invierno, el advenimiento de Huitzilopochtli, dios del sol y de la guerra, en el mes Panquetzaliztli, que equivaldría aproximadamente al período del 7 al 26 de diciembre de nuestro calendario. Aprovechando la coincidencia de fechas, los primeros evangelizadores, los agustinos, promovieron la sustitución de personajes desapareciendo así el dios prehispánico y mantuvieron la celebración dándole características cristianas. Los incas y los aztecas también celebraban el nacimiento de uno de sus dioses en invierno.

¡Esto es todo amigos! Las fotillos son del Nacimiento de mi casa. ¡Espero que os gusten!

2 comentarios:

Nacho del Val dijo...

Exacto, el 25 de Diciembre se eligió para solapar las fiestas paganas del culto a dioses como Minerva, etc...

Muy bien Hecho!

Lástima que ya pases de leer las entradas que escribo...

Chuparrocas dijo...

Pedazo de nacimiento que pones en tu casa, ¿no? El mejor es el de mi primo, que pone hasta los muñequitos que te dan con los Kinder Sorpresa y con el roscón.